jueves, 27 de enero de 2011

CRITICA CINE: "EL DISCURSO DEL REY" (THE KING´S SPEECH)

Menudo compromiso me supone tener que valorar la película que acabo de visionar,  "The king´s speech". Y digo "compromiso" porque tras haber leído previamente las críticas que aquélla había recibido, que por cierto eran excepcionales en su gran mayoría, a mí no me ha llegado a convencer del todo. Lo más cómodo para quien escribe esto sería sumarse al carro y alabar el film empleando términos similares a los utilizados por sus fanáticos defensores.

Sin embargo, en mi modesta opinión, ya lo adelanto, ¡¡ la película falla ¡¡ No es que se te atragante como le ocurre al articular algunos fonemas al protagonista, tampoco  defrauda estrepitosamente (como lo hubiera hecho ante sus súbditos el monarca inglés Jorge VI si no hubiera encontrado a su peculiar logopeda), sino que tras un muy buen comienzo, la película peca de lineal hasta practicamente su final, el gran discurso que por otra parte le da el título al film.

Hay que reconocer que no son muchos los guiones que se llevan a la gran pantalla que versen sobre historias excepcionales o circunstancias cotidianas de la vida que afecten a tartamudos. Yo al menos no conozco algún papel reseñado con esa afectación ni en el cine ni en la TV.  A lo máximo que ha llegado mi memoria es a recordar alguna actuación del humorista valenciano Arévalo.

Precisamente la razón de ello, de la ausencia en el celuloide de personajes tartamudos debe obedecer a la incomodidad que supone para el espectador  asistir impotente a la manifestación en toda su crudeza de ese trastorno de la comunicación, nunca del lenguaje, cuya existencia se recuerda mundialmente el día 22 de octubre.

Si es traumático para cualquier niño, adolescente o adulto sufrir ese trastorno, al afectar de forma irreversible a sus relaciones sociales, imaginemos lo que suponía para quien, casi de la noche a la mañana pasó de ser Duque de York (en un segundo plano pues de la monarquía inglesa) a Rey por las razones históricas a las que me remito para no desvelarlas a los futuros espectadores del film. Por cierto, un ilustre tartamudo fue Sir Winston Churchill quien también tiene su papel en la película e incluso reconoce su trastorno  al propio monarca, refiriéndose a problemas con el "frenillo de la lengua".

Otro aspecto a priori a destacar es la elección del director del film. Tom Hooper, tiene una más que consolidada experiencia en  películas o series de TV de las denominadas "de corte histórico" . Empezando en 2003 por dirigir la miniserie para la BBC "Daniel Derond" ambientada en el s. XVIII londinense, siguiendo por la serie realizada para la prestigiosa cadena HBO "Elizabeth I" (2006) ganadora, entre otros, de 3 Globos de Oro  (el de Helen Mirren merecidísimo). En el año 2008 también dirigió a Paul Giamatti y  Laura Linney en la serie, también para HBO,"John Adams" ambientada en los primeros años del nacimiento de Estados Unidos y ganadora de otros 4 Globos de Oro.

Con esos mimbres era evidente que Tom Hooper resultaba ideal para llevar a la pantalla esta película. Sin embargo, no llega a la calidad de la que hizo gala en las series antes reseñadas. No va a ganar el Oscar al mejor director, eso seguro.

Justo es destacar el verdadero mérito de la película, la que la hace casi grande, la sublime y genial interpretación realizada por Colin Firth y Geoffrie Rush sobre la que a continuación me extenderé. Antes no quiero dejar pasar por alto que a mi juicio el papel desempeñado por Helena Bonham Carter (esposa de Jorge VI) no deja de ser correctísimo, bueno, pero nunca merecedora de las tan exageradas buenas críticas que ha recibido. Jamás debiera llevarse el Oscar por este film. Su nominación creo que es también injusta, pero bueno, la Academia le habrá premiado el haber formado parte del cast de muchas taquilleras películas. Como anécdota debemos recordar que llevaba desde 1998 sin optar a la estatuilla dorada por su papel en "Las alas de la paloma".

¿Qué digo sobre la actuación de Colin Firth? Es justo reseñar que aunque su doblaje, realizado por el excepcional actor Jordi Brau (voz habitual para nosotros, los españolitos, de Tom Hanks o Tom Cruise entre otros muchos), me parece más merecedor del Goya que la de Gael Garcia Bernal en "También la lluvia" (vease anterior entrada del blog), me da la sensación de que aún habiendo visto la peli en su versión original, no me hubiera transmitido mucho más. Es justa su nominación a los Oscars, sobretodo por plasmar ese miedo, esa angustia, esa rigidez de las facciones de la cara y el cuello a la hora de acercarse a un micro para realizar su speech. Pero y con independencia de que en la escena final está increible, tampoco se debiera llevar el Oscar  aunque quizás le compensen por lo ocurrido el año pasado, cuando estando igualmente nominado por el film "Un hombre soltero", de forma incluso más merecida que por la presente, al final se impuso el veterano Jeff Bridges.

Capítulo aparte merece el gran Geoffrey Rush, ¿qué me pasa con este actor que es que nunca me decepciona? Incluso el más histriónico de los malvados queda creíble tras su interpretación.

Sin embargo, dejan "tan alto el pabellón" las escenas en las que ambos protagonistas (monarca y logopeda) se enzarzan en discusiones  a la hora de poner en marcha los métodos del segundo para el proceso de superación de la enfermedad del primero, que cuando Geoffrey Rush no está en la pantalla se le echa mucho, muchísimo de menos. Y eso es síntoma de que, como dije al principio, la película en su fase media, falla.

Desde luego que me faltan por ver casi todas las películas en las que haya nominaciones para el actor secundario, pero mucho debiera sorprenderme la actuación de cualquier otro actor con los mismos minutos de exhibición (casi el logopeda sale en pantalla el mismo tiempo que el prota) para que cambie de opinión. Así que Óscar para el Sr. Geoffrey Rush¡¡¡¡

Además, desde 2001 no había sido nominado, en aquella ocasión por "Quills" (papel por cierto muy controvertido y políticamente incorrecto). Anteriormente lo había sido en 1999 por la oscarizada "Shakespeare in love", siendo su único Oscar el logrado en 1997 por la genial "Shine".

Así dejado sentado lo anterior, igualmente diremos que el aspecto técnico es sumamente correcto, tanto el vestuario, diseño de producción, así como la fotografía. Capítulo aparte merece la música que pese a ser de Alexandre Desplat, no llega  la altura de la partitura de su film anterior "El escritor"  Los intentos por recrear "música de cámara" no resulta acertada llegando incluso a chirriar, al no estar bien  entrelazada con el desarrollo de la escena culmen del film. 


Los primeros minutos del film, resultan mágicos. He de reconocer que están magnificamente rodados. Sin conocer a los personajes, sin poder empatizar con ellos precisamente porque no sabemos nada de ellos, sobrecoge la angustia, temor y tensión que agarrota al protagonista y a su esposa a la hora de afrontar su primer reto en público. Todas esas sensaciones  hacen presagiar que estamos ante una película excepcional. ¿¿La película del año??. 

Sin embargo, tras ello y salvando los diálogos entre Colin Firth (Jorge VI) y Geoffrey Rush (su logopeda) que son enormes y magistralmente interpretados por este último, todo el resto de la película se deshincha, como también lo ha hecho su carrera hacia los Oscars. De ser la gran nominada a los Globos de Oro (antesala de los Oscars) a superada en esa ceremonia por los premios conseguidos por "La red social", para seguir con unas nominaciones a los Oscars que siendo espectaculares no conciden con la vitola de ganadora que llevaba a gala.

La película, sin embargo, falla en el montaje. De verdad que es lamentable, lo que con este aspecto técnico acontece. Hay escenas emotivas o dramáticas impresionantes que acaban de forma brusca y de forma molesta y antiestética, coincidiendo casi con el cambio de rollo (cuando en la esquina superior derecha de la pantalla aparezcan dos circulos negros casi consecutivos). Lástima que esas escenas no se hayan alargado unos segundos más. Sencillamente creo que ha habido un gran "tijeretazo" al metraje de la película, habiéndolo recortado de aquí y de allá pero no preocupándose en exceso de la coherencia y continuidad argumental, existiendo aspectos irrelevantes en el desarrollo de la historia, explicados en exceso, y otros fundamentales, como lo que ocurre con Eduardo VIII, que quedan "cogidos con pinzas". 


Antes de terminar, me gustaría destacar la interpretación de un secundario de lujo, Michael Gambon, y el desastroso papel desempeñado por el famoso Guy Pierce.

En definitiva: Una película entretenida de corte histórico con muy buenas interpretaciones masculinas, pero con un ritmo desigual al tratar de forma ligeramente incoherente la historia.


Puntuación: "El discurso del Rey": *******^   (7,5 NOTABLE)

No hay comentarios:

Publicar un comentario